El remate de la feria isisdril venía por los toros de Adolfo y los de Victorino. El viernes se lidió una terciada y antetodo sosa corrida del hierro de la V, los toros sosos como una paella sin sal. No se emplearon nunca y carecieron del brío y empuje que se les esperaba. La corrida que iba empapada de entrada con la encastada corrida del día anterior se fué yendo por una espiral de falta de entrega y casta que aderezada por una deficiente presentación no termino nunca de arrancar. La profesionalidad y la madurez con la que nos está sorprendiendo gratamente este año "El Fundi" tapó muchos de los defectos de sus toros. El arnedano Diego Urdiales que había sorprendido en su primera comparecencia con unas buenas maneras y que venía otra vez por la vía de la sustitución estuvo por debajo de sus oponentes, se amntuvo siempre a una distancia prudencial y su toreo derivó en los trapazos y sacarse el toro para afuera. La novedad en el cartel era la inclusión de Talavante en el mismo, pero este torero de inspiración tomasista no entendió nunca las embestidas de los asaltillados de Adolfo y no pudo hacerse con sus embestidas.
La de Victorino, algo mejor presentada pero con un toro quinto que será el más feo que le ha lidiado en esta feria. A reñir entre este y uno con cuerna de lira que lidió "Las Ramblas". En la de Victorino la diferencia la marcó que a este en la corrida se le presentó "El Cid" y le lució un toro sin mucho que destacar para que la corrida no fuera un borrón completo. Manuel Jesús estuvo muy por encima del toro pero en sus manos aún pareció mejor que lo que era. La terna la completaban Mingo Lopez Chavez y Ferrera. El salmantino estuvo por debajo de las condiciones de su lote y no supo corregir la tendencia a buscar los tobillos de su primero. El extremeño nos amargó la tarde con un recital de su especialidad, rejonear sin caballos, que exasperó al público venteño. Pero esto es lo que hay.
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