En nuestra capital y durante varios años un cronista, o conductor de programa de radio de esta ciudad preguntaba siempre en cada una de las presentaciones de carteles de las diferentes temporadas y empresas que para cuando una "goyesca" en Zaragoza. Nunca se acababan de decidir las empresas por programarsela, pero hete aquí que el bicentenario de los sitios de la capital maña si que ha merecido tal honor en los carteles.
A mí nunca me ha gustado el lío este de los disfraces, pero parece ser que hay a quien le gusta. Yo más bien soy de la opinión de que si quieren recrear una corrida de los tiempos del sordo de Fuendetodos, lo suyo sería retirar los burladeros, los petos, las rayas, tener perros de presa preparados y como no. Acorde con el ganado una azuzadas banderillas de fuego, a ver si así se mueven los animalitos. Pero no, todo aquello que aporta la goyesca es el paseo en calesa antes del festejo por el ruedo.
Yo me asomé al ruedo mientras los operarios acondicionaban este por la mañana y les dije que porqué pintabna las rayas si en tiempos de Goya estas no existian, se quedaron parados y ya estaban buscando al inspector de ruedo para preguntarle ... los paré por que ví que mi broma podría ir un poco lejos.
Anteriormente estuvimos observando los bichejos traidos por el ganadero de "El Vellosino" a cuenta de toros de lidia, los añadidos por el ganadero de "La Campana" para acompañar a los bichejos de su vecino y que lo único que les diferenciaba era que estos últimos parecian haber comido algo más.
Por la tarde, la cosa no mejoró nada a la vergonzosa presentación del ganado se unió Aparicio, que no habiendome hecho caso cuando vaticiné su no presencia en nuestro coso decidió venir a reirse de todos los asistentes al mismo, al primero no le quitó ni las moscas y al segundo después de masacrarlo en varas le intentó dar pintureria a la cosa cuando el animalito no se tenía en pié. Ni pa justificar el viaje vamos.
Yo no entiendo mucho la cosa esta del arte, yo más bien soy de o se torea o no se torea. Pero estas cosas espirituales no las entiendo. Como me faltaban los morantistas de cabecera, "Josemi" el morantista de la Cabaña Brava se encontraba en un evento socio familiar inexcusable y el morantista de cabecera Faustino se nos quedo aquejado de agotamiento nocturno en tierras malagueñas. Por tanto yo huerfano de aquellos encargados de abrirme los misterios del arte de la tauromaquia me encontré allí sin saber a que se dedicaban, pude apreciar un buen quite del de La Puebla, algún detalle de arrebato con la muleta y pare usted de contar.
Por otro lado Salvador Vega, Vega no Cortés como un alucinado lo ha bautizado por ahí. Hizo lo que suele ser común en él, algún detalle, una técnica poco depurada y alardes de valor, que claro si nos fijamos en las condiciones del oponente más que arrebato daba pena.
En la última goyesca que recuerdo en Zaragoza y no voy a entrar en la polémica entre el doctor de la Cruz y los periodistas oficiales del lugar en si fué una u otra, supongo yo que la de Jesulín si fué un 19 de mayo yo estaría por las Ventas. Bueno que me voy de la olla, estaba contando que aquel día ese buen subalterno que hoy es Roberto Bermejo realizo suertes recuperadas como el salto de la garrocha y tal. No quitaron petos y burladeros pero por lo menos nos trajeron algo de sabor añejo.
Estos del sábado ni eso.
1 comentario:
Muy buena reseña. Yo si entiendo a los del arte, pero ese día no los entendía "naide"; me inclino más por Aparicio por ser menos postizo que Morante. Enhorabuena.
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