Domingo, 12 de agosto de 2007
Como no me puedo escapar de casa me tengo que contentar con ver los espectáculos taurinos que me ponen en la tele.
Anoche en horario más que nocturno en la plaza de Huesca había concurso de cortes de toros. A una hora en la que más pegaban unos embolados, pero Huesca debe ser así. Hoy anunciabn el concurso de recortes de Calatayud, para los que Sergio el ganadero anunciaba anoche en in interviú durante los recortes oscenses, vacas como deben de ser en uno de los concursos más importantes del calendario. Nos hemos quedado sin verlas pues una tormenta ha desbaratado la tarde, el miercoles será cuando las reses de Ozcoz puedan reivindicar esa condición de señeras en este tipo de concursos.
Al respecto de la transmisión nocturna del concurso y esperando que sea un problema de falta de rodaje de la producción de RTVA solo recordarles que el espectáculo suele estar donde está el toro y no la camara siguiendo a no se sabe quien mientras el recorte se produce. Lo que sí me gustó fue la firmeza de Victor en los comentarios. Tiene claro lo que quiere y le busca y no se corta a la hora de comentar. Se podrá estar de acuerdo con él o no, pero no cambia de opinión ni intenta vender una idea falsa del espectáculo. Digno de escuchar por lo menos cree en lo que dice y no le ocurre como a muchos comentaristas que por quedar bien y vender un falso contexto se les nota a disgusto. Por otro lado a ver si le mueve la conciencia a Valero ver que se puede decir lo que uno está viendo sin tener que disimular que ve lo contrario. El que más disfrutó fue el amigo Manuel Gonzalez, que poco habituado a este tipo de espectáculos lo intentaba siempre referir a la corrida de toros. Vacuo esfuerzo pues esto nada tiene que ver con un espectáculo mayor.
En el espectáculo de los recortes se trata de aguantar y evitar la embestida del burel, en los toros aunque algunos nos intenten convencer de lo contrario se trata de agantar y conducir la embestida. De hecho que un torero se quite del medio de la embestida es muy mal visto. Hay que aguantarla y luego ayudandose de los útiles de torear, bien la capa o la muleta en su caso darle salida no en la linea por donde venía sino haciendo un semicirculo alrededor de la figura del torero. Por eso es mucho más díficil torear que recortar, pero vamos que hoy por hoy hay muchos que torean como si recortasen y además a los públicos les encantan.
Y como ejemplo el que ma acaba de desplazar del sofá hasta este ordenador, como no había recortadores he puesto Andalucia TV, que televisaban una ¿corrida? desde la plaza de Málaga. Por una de aquellas cosas de las autonomías y sus fueros han decidido las fuerzas vivas andaluzas elevar esta plaza y alguna más a 1ª categoría, sin darse cuenta que la categoría no la dá un papelito ni la liquidación de la Seguridad Social de los banderilleros. Plazas de primera había pocas porque pocos toros hay de este tipo de plazas y como los artistas y ganaduros sigan por donde van, menos que habrá. Si montas una feria y dices que la plaza es de primera, lo primero que los toros tengan trapío y lo segundo y más fundamental todavía que sean capaces de aguantar dos puyazos como debe ser en este tipo de plazas. La verdad es que deberian ser tres pero eso ya se queda para más que contadas ocasiones. Y no esos semovientes de dos medios alfilerazos a los que entre toda la suerte de varas no les han hecho sangre para un análisis. Y es que una plaza de primera es mucho más importante por lo que echa que por lo que le otorga una disposición legislativa.
Y eso, que a los semovientes referidos había uno dandoles carreras al puro estilo recortador y poniendole banderillas a toro pasado, que cuadrar en la cara es una cosa que ya no entra en las tauromaquias actuales. Por lo que yo opino que se debería estudiar la creación de unas nuevas corridas mixtas. En ellas no se picaría pues demostrado queda que los toros no tienen nada que ofrecer en tamaña suerte, las banderillas con carreras y dicersas suertes modernas y recuperadas de antiguo. Por ejemplo podrian volver el salto de la garrocha, las banderillas desde la silla, el salto del angel, el mortal invertido sobre el toro. Otro por allí corriendo con anillas para ponber en los cuernos y al final y como colofón uno dando varios trapazos a diestro y siniestro sin orden ninguno y apuñalando al animal como mejor fuera para aliviarle sus penas. A Rivera hoy eso le ha valido para una oreja, que no sabemos que falta le hacía pero mañana nos contaran que estuvo hecho un tío con el semoviente.
Y volvemos a lo del principio, los comentarios de los que nos intentan contar los festejos por la tele. Ahí tenemos a una leyenda del torero como Ruiz Miguel, con lo gordas que se las ha tenido que tragar en su carrera e intentando convencernos de que un torete abrochado de cuerna, inválido y bobón es el sumun de la ganadería brava española. Ver, y escuchar, para creer.
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